Por Lorena Mancilla P.
Una de las cualidades del periodismo, que bien puede deshumanizarlo o convertirlo en uno de sus principales atractivos es su capacidad para abstraerse de la realidad y observarla desde un margen ficticio e imaginado. Un contexto que impone al periodista un feedback mezquino entre él y el público, que siempre estuvo enajenado. En medio de la profunda crisis por la cual atraviesa la profesión , resulta válido cuestionar dicha posición de privilegio.
No compartimos el radicalismo que proyecta la vida humana futura sólo a un plano online, pero reconocemos en la Web 2.0 una rica fuente de enseñanza para el futuro de nuestra profesión. Es la Web quien le ha ofrecido, al periodismo, un espacio generoso que lo insta a conocer y valorar a la audiencia, porque “una de las ventajas de los contenidos online es que disponen de la capacidad de analizar lo que sus visitantes realizan y conseguir información acerca de sus usos y preferencias”[1].
El golpe ya no es merito del periodista, sino de un público que lo presiona y exige marcar su propia pauta noticiosa, a través de lo que llamaremos la Agenda Setting de la audiencia, donde “el papel tradicional del editor queda totalmente trastocado y pierde poder en el negocio de la organización y jerarquización de la información, en un entorno donde ya no deciden que exponer y que ignorar”[2]. Un rasgo del ciberperiodismo que viene a socavar el concepto de noticia y cuestiones ligadas a él como: la inmediatez, la información como mercancía aislada, conclusa (al contrario de lo que podriamos llamar noticia beta) e indiferente del contexto. Asuntos que a continuación veremos muy someramente.
La construcción de la cibernoticia ignoró criterios básicos como la relevancia, novedad, proximidad, etc., para estructurarse en base a cuestiones como el acceso, consumo e interacción. A través de los medios digitales, “las historias tendrán que preocuparse por el usuario; el contexto que se entrega mediante la oferta de medios que se agregan al relato central y finalmente, su potencial comunicativo”[3]. La enseñanza, según nosotros, es que la gente resultó mucho más innovadora, contingente, sensacional y rica en contenidos de lo que algún día el periodismo pensó.
Por otra parte, la importancia del contexto trasformó el proceso finito de la noticia en un ciclo continuo que derribó la exclusividad de la pirámide invertida dando paso a una constituida de manera horizontal, donde “cualquiera de las áreas involucradas es tan importante como los datos iniciales”[4], evitando una jerarquizacion editorial de las noticias basada en la relevancia periodística o mediática de los hechos.
La nueva figura vino a revelar que “los criterios usados por los periodistas para ordenar la información no necesariamente eran los mismos que los de los lectores”[5] y se ha convertido en otra “técnica liberadora para los usuarios…que pueden navegar las noticias siguiendo sus propios patrones”[6].
Creemos que todo lo anterior deja una reflexión básica al periodismo actual: el no dejarse obnubilar sólo por incorporar modalidades digitales a los contenidos tradicionales, sino detenerse y vincularse más activamente con la audiencia, dejando ese rol poco productivo de mero observador.
[1] Camus, Juan Carlos (2009), “Tienes 5 Segundos”. Pág. 27.
[2] Cobo, Cristóbal (2007), “Planeta Web 2.0”. Editorial FLACSO, México. Pág. 29.
[3] Camus, Juan Carlos (2009), “Tienes 5 Segundos”. Pág. 15
[4] Camus, Juan Carlos (2009), “Tienes 5 Segundos”. Pág. 31
[5] Camus, Juan Carlos (2009), “Tienes 5 Segundos”. Pág. 32.
[6] Camus, Juan Carlos (2009), “Tienes 5 Segundos”. Pág. 32.
Read Full Post »